But I love you [Kurohime Cho ID]

¿Qué se puede contar de Cho? Desde una temprana edad fue rechazada por la sociedad. Nació una fría noche de invierno en una de los más misteriosos pueblos del mundo Pokemon. Su madre murió poco después del parto y el paradero de su padre es desconocido desde antes de que ésta naciera, por lo tanto creció orientada por las sacerdotisas que velaban la torre de su pueblo y a los espíritus que aún se alojaban en sus paredes. Criada como una cuidadora más, aprendió sobre el buen trato a los visitantes y a los difuntos, así como lo básico que todo niño aprende al ir adquiriendo edad. Gracias a esto se convirtió en una amante del conocimiento, en una buscadora del saber y adquirió un respeto y amor por los seres que dejan este plano espiritual sea quien sea.

Como todo niño intentó formas amistades sin éxito, todos los demás tenían de ella e incluso la consideraban de mala suerte por un simple accidente que ocurrió cuando ella pasaba, varias coincidencias llegaron a ocurrir y hubo un punto en el que ella también se consideró un mal augurio. Siendo rechazada por los demás se refugió en los libros, convirtiéndose en su amante a una muy corta edad hasta ahora, pasaba las noches en vela recabando información y aprendiendo de a poco sobre el maravilloso mundo que le esperaba afuera. Se acostumbró a dormir de día y a trabajar por las noches debido a una piel sensible al extremo contra los rayos del sol, adquiriendo quemaduras graves en pocas horas y, al no tener nada que hacer excepto leer o idear planes para conseguir más dinero para el templo, comenzó a cuidar su propia sección del lugar. No todo fue malo en su infancia, a pesar de las lágrimas derramadas por no encajar pudo conseguir grandes amigos, Pokemon habitantes de su hogar, y claro las sacerdotisas que no le mostraban maldad. Algo muy extraño sucedió durante un desafortunado encuentro; un pequeño Salandit estaba a punto de exhalar su último aliento, pero las lágrimas derramadas sobre él al instante le devolvieron algo de vida. No, no posee ningún tipo de poder especial sino que fue una coincidencia milagrosa, pero los habitantes del pueblo ahora comenzaban a verla como una curandera y con el tiempo también aprendió sobre la crianza de los Pokémon. Por lo poco que supo de este Pokémon fue que había sido traído como contrabando de una región lejana, y al escapar de sus captores había tenido un accidente que lo dejó al borde de morir.

Las estaciones transcurrieron con tal rapidez como los pensamientos humanos en ese misterioso lugar. Cho aprendió tanto como los libros, la razón y la experiencia podían otorgarle, en su vida los demás la rechazaron infinitas veces así como la buscaron por ayuda al ser los humanos cambiantes de naturaleza por conveniencia. Se convirtió en una mujer algo retraída y misteriosa, y las influencias de los viajeros no tardaron en alcanzarla. Una noche simple y sencillamente se fue del pueblo, junto al Salandit que adoptó desde su primer encuentro, con la promesa de un amor eterno y una vida sin precariedades, solo despidiéndose de unas cuantas tutoras que se ganaron su respeto y esos fantasmas que aún lleva en su memoria, lamentablemente al poco tiempo de su aventura junto a su pareja, cuando la boda ya estaba lista, fue que la dejó en el altar y con un sin fin de deudas. Para evitar ser encarcelada por los cobradores viajó y viajó por toda la región, aprendiendo sobre las estafas y la vida entre las calles hasta que con el poder de su cuerpo se ganó un pasaje en barco para no volver.

No fue hasta que llegó a Hisui que su mirada cambió un poco, siempre vio la belleza en lo que otros no apreciaban, y ahora quería demostrarles a los demás la parte oscura que nos tiene por brindar, esto la impulsó a buscar una manera de expandir su propia visión del mundo, pero también quería hacer su propia fortuna para jamás ser usada otra vez.

Al principio no es más que una mujer misteriosa, que cuida muy bien sus palabras y la información que comparte con otros, generando desconfianza especialmente en las mujeres. Su vocabulario es muy vasto, pero prefiero callar y reflexionar a dejar que las ideas fluyan ante sus propios labios. Se le ve como una mujer sombría, del tipo que solo observa como la humanidad cae en silencio, o como una perversa ocultándose bajo el manto del silencio. Esto es erróneo dado al amor que tiene por la vida y una inigualable capacidad de perdón y compasión. Puede lucir como una distraída, inclusive como una perezosa, puesto que esa capa exterior y esos ojos cansados pero penetrantes sólo dejan ver una máscara, escondiendo ese ser cálido que se esconde por el miedo a ser abandonada otra vez y el deseo por el dinero.

Como todos, desea ser aceptada, más sabes que es difícil teniendo en cuenta la frívola sociedad actual, la esperanza nunca se borra de su corazón y, aunque no lo parezca, es muy enamoradiza y romántica. Una vez toma cariño de algo busca el no separarse, tomando una ligera obsesión por esa persona, Pokémon u objeto. No dudará ni un segundo a la hora de proteger a sus amigos. Llega a sonrojarse con facilidad una vez haya entablado una relación amistosa y es normal que se distraiga pero que su vista se clave en la persona que habla, pues fácilmente puede prestar atención a varias cosas.

Con desconocidos o evita por completo la platica o se esfuerza en meterlos en sus juegos de apuestas, o convencerlos para beneficio propio. Tiene ciertas costumbres como agregarle a toda comida un toque dulce, pasar su mano por sus cabellos constantemente, incluso llega a guardar un total silencio de la nada, no es porque intente ser grosera, a geles sólo disfruta del puro silencio que inundan los vientos. Disfruta de la compañía ajena a pesar de no demostrarlo, también es floja y vaga hasta cierto punto, evita las situaciones que impliquen mucho esfuerzo físico y siempre busca convencer a otros de que lo hagan por ella; en lo que se refiere a retos mentales hará todo por descifrarlos.

Al ser criada como una sacerdotisa tiene una creencia en un futuro después de la muerte y la presencia de los espíritus a nuestro alrededor, con un profundo respeto sobre esos temas. Al final de cuentas puede lucir muy retraída y seria, pero llega a ser todo lo contrario si se conoce bien. Como cualquiera, es mejor conocerla antes de sacar una conclusión.

Desde pequeña ha llamado la atención de todos por su apariencia fantasmal y algo diabólica. Siempre ha dado la impresión de alguien serio y frío, su andar demuestra elegancia y tacto a la vez que un tono sombrío se nota en sus pasos, casi como si arrastrará una sombra detrás de ella. Los contrastes colores de su piel y cabello la hacen resaltar, sobre todo en la noche donde solo es posible divisar ese tono particular blanco y esos ojos infernales de aspecto caído y desolado que se plantan sobre su rostro. También se mencionara su voz profunda, con un tono suave que incita al descanso y al temor. Sin importar que posee un cuerpo bien formado que sería envidiado por muchas de no ser por sus extravagancias.

Cho se caracteriza por poseer una apariencia fuera de lo común, causante de la impresión de muchos al verla pasar por primera vez. Su piel es de un color blanco como la nieve, literalmente, de un tacto suave como la seda y de aspecto frágil como la porcelana, estando siempre a una temperatura baja. Su cabellera es de un negro profundo, el cual se confunde fácilmente con la noche y sus prendas oscuras, es es de un lacio impecable y este tiene una longitud similar a su estatura, llegando casi hasta sus tobillos; un mechón de cabello atraviesa su frente para cubrir su nariz, dejando al descubierto dos hermosos orbes carmesí de tan singularidad que se juraría que fueron rubíes bañados en sangre. Adorna su frente con dos cuernos de tamaño mediano similares a los de los demonios tradicionales, los cuales no son más que una diadema que va cambiando con el tiempo, nadie sabe si son de algún Pokémon o son solo una artesanía muy bien lograda. Su rostro se ve constituido por una cabeza fina, una nariz pequeña y unos labios pálidos como su piel. De cuerpo esbelto, cintura pequeña y largas piernas torneadas, gran tamaño en el pecho acompañados de unas manos y pies tan delicados como los de una bailarina.

Casi siempre se le verá con el mismo atuendo, un kimono negro y morado que cuelga entre sus hombros revelando a si un pronunciado escote, pero cubriendo todo su cuerpo de la cintura hacia abajo con las telas bien adornadas. Dos cintas negras cubren cada una de sus piernas, como calzado usa unas simples zapatillas de color negro a juego con todo su conjunto. Su cuello y muñecas son acompañados por un collar y brazaletes oscuros, en su pecho se puede apreciar un tatuaje en forma de dos alas negras con unos pequeños triángulos abajo, también lleva un gran tatuaje en su espalda simulando su esqueleto que cubre con su larga cabellera. Combinando el tono azabache de su cabello y ropa con el tono blanco de su piel se da una figura muy interesante y única, acentuada sobre todo por esos orbes penetrantes que lucen sacados del mismo infierno.