♠ Tik Tok, Tea Time Is Over ♠

Allá por un pequeño pueblo escondido entre las montañas cierto accidente volteo de cabeza de muchas personas, escondiendo hasta la actualidad que causó todo ese desastre. La historia de White comenzó allí, en la pintoresca Europa no es necesario decir el nombre de ese lugar, sin poder ser precisos de donde pudo recordar por primera vez. El primer recuerdo lo lleva a un baño de sangre bajo su cuerpo, cientos de personas corriendo para salir de una inmensa capa de circo y el llanto de los payasos que perforaba en sus oídos, después sólo un silencio espectral y la oscuridad creciente en su visión. Pasó un día completo y White se despertó, al abrir sus ojos miró un techo blanco y una luz que entraba por una enorme ventana a su derecha, causando un malestar visual. Se acomodó en lo que parecía ser una camilla pero se sintió muy extraño, algo no estaba bien, su espalda ardía como si las llamas llamas lo envolvieran, tenia un torso y piernas que punzaban al moverse, incluso pudo posar sus manos frente a su rostro para soltar un gran grito de terror. White, desesperado, trato de moverse pero solo cayó contra un frío suelo de madera. Un hombre pronto se presentó en ese pequeño cuarto tras escuchar los gritos del pequeño, apenas llegó tuvo que devolver a su paciente a la cama para tratar de explicar lo acontecido... White estaba horrorizado, no recordaba ser un humano, es mas, no recordaba nada, no sabia que era, no sabia que pasaba, su vida pasada y lo que lo llevó con aquel médico era un misterio que hasta ahora no se revela.

Aún herido pero sin riesgo  mortal escapó del recinto por la ventana para tratar de regresar al lugar de los hechos, pero no era una persona afortunada y no tenia ninguna dirección que tomar. Las palabras del hombre resonaban en su cabeza, ¿Cómo que era el único sobreviviente? Según el relato encontró a White tendido en el suelo, bajo un charco de sangre y con heridas muy graves; a su alrededor sólo quedaban los cadáveres de un circo completo, el cual era famoso por albergar los más extraños fenómenos -aún en la actualidad esas atracciones son famosas-, pero lo que más le extrañaba es que hacía el en un circo, ¿no era un fenómeno o si? Solo era un poco pálido. Estaba solo y como si eso no fuera lo suficientemente malo, no era precisamente alguien normal, por lo que no demoró en captar las curiosas miradas de la gente en las calles, los murmullos no tardaron en aparecer mientras aceleraba el paso y su corazón retumbaba. No tenía ropa, pero no estaba al tanto de que la necesitaba hasta que comenzó a sentir el frío de las calles, no podía hacer nada más que correr y buscar refugio. Pensó en volver a esa habitación cálida, pero tampoco recordaba el camino, y ahora lo único que le quedaba era pensar quien rayos era.

Consiguió llegar a un parque ya de noche, había trepado una reja para poder ingresar, seguía asustado y a esas horas el hambre y frío eran inevitables. El dolor en su cuerpo era algo que recién ahí pudo considerar, no tenía fuerzas para caminar y solo deseaba dormir y esperar que esto fuera irreal, despertar y recobrar sus memorias, que ese sentimiento de culpa, y esa sensación de tener que saber algo desaparecieran, quedando dormido al pie de un árbol mientras abrazaba sus piernas. A la mañana siguiente fué despertado por un hombre de cabello canoso y bigote, apenas si se movió, sentía curiosidad y temor por ese sujeto. El hombre le extendió su mano y con una amable expresión le dedicó unas unas suaves palabras: "No me temas, pequeño". Las lágrimas cayeron como un río desbocado, lleno de miedo, sintiendo que deseo escuchar palabras dulces toda su vida.

White mostraba tener unos seis años en ese entonces, y no le tomó mucho aprender de la peor manera que tan crueles pueden ser los humanos "no eran igual al restó", aun cuando fuese sólo una pequeña diferencia. El pequeño fue tratado como una mera mascota, se le educó para servir a un hombre y para aceptar cualquier clase de castigo o solicitud. Aquel sujeto no era nada mas que un viejo cirquero, amargado tras haber perdido a su familia decidió gastar lo que le quedaba de su fortuna en una caravana completa, y añorando tener de nuevo a alguien que trabajará como esclavo educó a White casi como tal. Su palabra no valía salvo para acatar las reglas, aceptó su nuevo rol en la sociedad y nunca se preguntó si esa debía ser su realidad pues ni una pequeña memoria volvió a su mente. Creció cumpliendo los caprichos de aquel hombre, en un inicio partió como un simple show para los espectadores y con el tiempo pasó a ser un sirviente muy especial. White al ser extremadamente obediente y educado, poco a poco comenzó a tener ciertos privilegios, uno de ellos fué acceso a la educación básica para poder hablar y leer apropiadamente. Gracias a esa educación despertó interés por la lectura y con ello las ansias de leer los libros de su dueño, pero siempre tuvo presente que nació para el uso de otros, eso siempre lo tuvo en mente.

Se volvió un joven muy inteligente, entendió finalmente que si él hacía bien sus deberes su amo le recompensaría con más y más conocimiento. Aquello impulsó al conejo a satisfacer a su ya anciano maestro y por ello fue que dedicó los siguientes años a ejecutar un buen acto de circo, de entre todos escogió el tragar espadas. Pero no todo era bueno a pesar de la momentánea paz, se llenaba de impotencia cuando algún "fenómeno" era tratado con crueldad sólo por expresarse, más no podía hacer nada, y en cierto punto descargaba toda su rabia sobre otros compañeros. Todo esto junto a la única memoria que afloraba en su interior le hacían vivir un infierno, siempre recordando a una persona de voz dulce, alguien sumamente importante... pero no importaba cuanto se esforzará, no podía recordar siquiera si su Alicia era hombre o mujer.


Para cuando White cumplió los catorce años, aún al servicio del hombre, este ya estaba en sus últimos momentos; jamás había llamado por su nombre al sujeto, siempre le dijo "amo" o "señor", pero en el último respiro de su vida se atrevió a pronunciar una breve frase: "Gracias por todo, señor Anthon". El hombre soltó un gran suspiro tras mirar con detenimiento a White, supo que este no le tenía rencor, es más, decía tales palabras con toda la sinceridad que alguien podría tener en su alma, lo que lo llevó a arrepentirse por no tomarle el debido cariño, falleciendo sin poder disculparse, pero orgulloso de la persona que sabía que se convertiría.

Este tomó las cosas que le habían comprado con los años y como todos fue vendido como un simple objeto, algunos de de sus compañeros simplemente escaparon, más ese no era su estilo; lo poco que quiso llevarse cabía en una maleta, la cual llevó durante algunos días mientras se debatía a donde iría. No supo que hacer ahora que estaba sin dueño, el tenía la costumbre de seguir las órdenes y de tener a alguien a quien proteger, mas ahora no poseía nadie que le necesitase. Aunque su propósito había terminado seguía pensando en lo que no podía recordar, viviendo siempre con la sensación de que olvidaba algo importante. Fue entre tantas ideas que término por obsesionarse con encontrarle, y como caso curioso, se volvió un chico mágico por ese motivo.

Hombres, mujeres, ancianos y niños, White no hizo excepción cuando se trataba de dar con lo que tanto quemaba por dentro, cada vez que sentía una conexión, por más pequeña que fuera, se encargaba de vigilar a aquella persona sin descanso. Condenado a vagar por toda la eternidad en busca de su querida Alicia, el pequeño conejo perdía una parte importante de su corazón hasta que encontró un lugar a donde pertenecer, Mahou Land.